El gato y la tortuga
Había una vez un gato llamado Max. Max era un gato muy curioso. Un día, Max salió al jardín y vio a una tortuga moviéndose lentamente. La tortuga se llamaba Tina, y siempre iba muy despacio.
Max se acercó a Tina y le dijo:
—¡Tina, eres muy lenta! Si te movieras más rápido, podrías ver más cosas.
Tina sonrió y respondió:
—No tengo prisa, Max. Me gusta disfrutar del camino y ver todo lo que pasa a mi alrededor.
Max decidió acompañar a Tina mientras caminaba. Al principio, Max estaba impaciente, pero luego empezó a fijarse en las cosas bonitas del jardín: las flores, los pájaros, y hasta vio una mariposa de colores.
Al final del día, Max entendió que, a veces, es mejor ir despacio y disfrutar del momento.